Como diputado nacional por la provincia de Santa Fe, manifiesto mi profundo rechazo a la decisión del Gobierno Nacional de restablecer las retenciones al campo.
Es una medida políticamente direccionada para seguir castigando al corazón productivo del país. Una vez más, se vuelve a cargar el peso de los desequilibrios fiscales sobre quienes producen, invierten, generan empleo y valor.
Las retenciones no solo no tienen que subir, tienen que bajar a 0.
Esto es posible si se eliminan los subsidios al AMBA y las exenciones fiscales mal otorgadas que profundizan la concentración en el centralismo porteño.
En los últimos 23 años, se recaudaron 171.000 millones de dólares en concepto de retenciones al agro. Santa Fe aportó más del 30%, es decir más de 50.000 millones de dólares.
Con apenas 800 millones de dólares podríamos haber hecho las autopistas Rosario–Rufino, Santa Fe–Reconquista y Rosario–Rafaela.
El problema no es la falta de recursos: el problema es cómo se distribuyen y a quién se prioriza.
Por eso propuse 10 puntos concretos para avanzar en la eliminación de las retenciones.
Se puede hacer, pero no lo quieren hacer.
Es hora de que el ministro Caputo dé la cara y explique por qué insiste en sostener los privilegios del Área Metropolitana de Buenos Aires a costa del interior que produce.
Voy a seguir defendiendo a los que trabajan, invierten, generan empleo y valor en nuestra provincia y en el país.
No podemos seguir siendo federales para recaudar y unitarios para repartir.
Santa Fe no puede seguir financiando los privilegios de una Argentina que mira solo desde el Obelisco hacia adentro.