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Argentina & El Mundo

JOSÉ “PEPE” MUJICA, UN LÍDER MUNDIAL QUE APOYÓ A NUESTRO COOPERATIVISMO


El expresidente uruguayo, y presidente honorario de la Fundación COLSECOR, era un convencido de la capacidad de la acción cooperativa para afianzar las comunidades. “Los débiles no tienen otro camino que hacerse fuertes, y hacerse fuertes es juntarse”.

“Pobre es el que no tiene comunidad, porque tu existencia depende de una comunidad que te respalde y que te proteja. Y esto es la cooperación: la necesidad de crear herramientas para luchar en comunidad frente a las grandes concentraciones. El mundo cooperativo es una forma de asegurarnos una relativa igualdad frente a lo desmesuradamente grande”.

Son palabras de José “Pepe” Mujica, dichas en su manera directa. El hombre que fue presidente de Uruguay, que antes estuvo 12 años preso por su actividad política, pero que en una u otra situación, en todas las situaciones de su vida, fue, antes que nada, un ser humano consciente del valor y el significado de esa condición humana.

Esa que, aun en las situaciones más adversas, en los climas políticos y culturales más egoístas e incluso despiadados, no deja de luchar, de enarbolar sueños, palabras y acción por una sociedad más justa, más igual. Sin el sinsentido del odio.

“Tengo mi buena cantidad de defectos. Soy pasional. Pero en mi jardín hace décadas que no cultivo el odio. Aprendí una dura lección que me puso la vida: el odio termina estupidizando, porque nos hace perder objetividad frente a las cosas. El odio es ciego, como el amor, pero el amor es creador y el odio nos destruye”.

Ese era el jardín de un hombre sabio. Sí, “Pepe” fue un hombre sabio, capaz de advertir, como pocos, que la vida y la política son una sola cosa. “La política es la lucha por la felicidad humana”, dijo en el momento de dejar la presidencia del país en el que nació un 20 de mayo de 1935.

En eso creía: que cada mujer y cada hombre puedan vivir en plenitud su viaje por la luz y la sombra de esta tierra, hogar de humanos. Por eso, la vida y la política debían ir de la mano. “Es bueno vivir como se piensa… de lo contrario, pensarás como vives”, decía. Y la frase mete el dedo en la llaga; es la vieja trampa en la que caen los humanos políticos y otros tantos.

Y “Pepe” vivió como pensaba, así como pensó según vivía.

Ese hombre sabio encontró en el cooperativismo un camino hacia lo comunitario, una versión de ser humano con potencia para unirse y trabajar en conjunto en busca de una posibilidad de bienestar que nunca conseguiría de manera individual, aislada y solitaria.

Entonces, esa profunda convicción por el significado de la acción cooperativa fue materializada en Argentina aceptando la distinción de ser presidente honorario de la Fundación COLSECOR, entidad que nació en el 2018 en el seno de la integración cooperativa COLSECOR. Estas entidades entrelazaron  su obra con el pensamiento y los valores cooperativos de solidaridad, justicia social y comunidad que siempre representarán a “Pepe” Mujica, no solo para sudamérica, por cuya sólida integración siempre bregó para poder discutir de pie con los más poderosos de la tierra, sino también para toda la humanidad. “Los débiles no tienen otro camino que hacerse fuertes, y hacerse fuertes es juntarse”, decía.

Fue el mismísimo “Pepe” quien llamó a los integrantes del Consejo de Administración para concretar un encuentro y acordar pronto su apoyo y su integración a través del padrinazgo de la Fundación, en el 2018.

“Vengo por cuestiones de amistad y, naturalmente, de apoyo al movimiento cooperativista del mundo entero, como forma de gestión, de propiedad y como filosofía de vida. No todo es negro en el capitalismo, aunque es indudable que hay un capitalismo sobre la tierra que despertó una crisis social enorme. Vamos a seguir luchando por encontrar caminos que puedan superar esas injusticias que la economía de mercado genera”, dijo al asumir la presidencia honoraria.

Muchos mensajes y enseñanzas dejó en cada una de sus visitas a las Jornadas de COLSECOR.

“La gestión cooperativa necesita generar oficio, porque el cooperativismo tiene la obligación de ser eficiente. El guiso no se hace con poesía, se hace con lentejas, con arroz, con carne picada…”, decía, con esa manera propia, solo suya de hablar.

Adiós al luchador, al visionario, al estadista, al que sembró paz en su jardín, al símbolo universal y al hombre que podía fijarse hasta en lo más pequeño de su comunidad. “Cuando era joven, quise arreglar el mundo; ahora trato de mejorar la vereda de mi casa y el barrio. Por eso estoy acá (en la Fundación COLSECOR). La política es mala palabra por culpa de los hombres, pero el homo sapiens es un animal político porque depende de la sociedad”.